Esta canción de lo más reciente de Norma Black, nos trae una apasionada visión acerca de la dualidad del amor y lo complicado que puede ser explicarlo. Fusiona de una manera sublime lo intenso del hard rock con la energía cruda y honesta del garage. La manera en la que al inicio entran los instrumentos al unísono me parece un recurso genial que cada vez se vuelve más raro de escuchar en estos tiempos, a veces sonidos así se extrañan, con ese toque clásico old school qué nos recuerda a tiempos mejores y más simples, cuando la música tenía alma propia e inmediatamente tocaba partes de la conciencia de las personas qué hacían que cualquiera pudiera conectar con la melodía.
También, alrededor de marca de los dos minutos podemos encontrar un solo de guitarra imperdible que es la cereza del pastel de esta composición, que ya de por sí era grandiosa. La voz de Norma es poderosa y a la vez se siente sensible y cálida, lo cual está genial porque hace que uno se sienta parte de la narrativa, que además la letra también nos acoge con su manera de abordar la temática y nos hace sentir que alguien más nos entiende en estas cuestiones tan complejas.
Este tema presentar una visión honesta y cruda acerca del amor y como lo vivimos desde nuestra humanidad.
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