Hablemos hoy de una canción que, desde su lanzamiento, no ha cesado de despertar polémica entre los consumidores. Y no es que ReetoxA no nos tenga acostumbrados a la originalidad, la verdad es que sus letras profundas y sus temáticas alejadas de todo cliché traen siempre algo fresco en cada lanzamiento. Sin embargo, Papa love Ladyboys supera a los temas anteriores, en cuanto a su habilidad para desatar todo tipo de análisis morales y éticos, y para poner frente a frente ideales disonantes, desde el extremo más últra conservador hasta los modernos y transgresores abanderados del liberalismo.
El motivo para que esta canción sea tan provocativa radica en su letra, en la historia que cuenta. El autor relata, ni más ni menos, la vivencia de un señor mayor, ya bien entrado en años, quien en pleno ocaso de su vida decide confesar abiertamente que es gay. Dada la temática, es fácil comprender por qué es una canción desafiante. No se mete solamente en el delicado mundo de la comunidad LGBTIQ+, sino que lo hace desde el rol de un abuelo, un anciano, exactamente en el rango etareo donde suelen moverse las personas más prejuiciosas y culturalmente rígidas.
Muchos ven la historia de este señor como liberadora, y a la canción como un canto a la diversidad, y un recordatorio de la importancia de ser fiel a uno mismo, más allá de los convencionalismos sociales. La tradición enseña que el padre de familia es el pilar, el horcón principal que sostiene a todo el linaje, sobre el cual recae la responsabilidad de inculcar en los vástagos la moral y el comportamiento ético. Sin embargo, aquí se muestra a la figura del padre tan vulnerable y humana como cualquier otro miembro de la familia, tan expuesto a la asombrosa variedad del ser humano, como todos los demás.
No faltan los que, atendiendo a la forma en que se muestra en esta canción la figura del patriarca o cabeza de familia, califican al tema como un ataque frontal a los símbolos que históricamente han representado los principios en que descansa la institución de la familia tradicional. Es como si la canción gritara a los cuatro vientos que nada es inamovible, y que hasta el más firme pilar moral puede ser modificado.
Por otro lado, cabe reflexionar también en el doblez con que vivió esta persona por décadas, ocultando toda su vida su sentir. La eterna controversia entre dejar fluir todas las pasiones en libertad, o negarse a sí mismo para vivir una vida acorde a principios pre establecidos. ¿Cuál sociedad sería mejor, una que proclama como conveniente no traspasar las reglas consuetudinariamente aprobadas, o una sociedad que invite a que cada quién deje salir su “yo” sin ataduras morales? Sí, parece increíble el tamaño de la discusión que se abre paso a partir de una simple canción.
Musicalmente hablando, Papa love Ladyboys pertenece al pop-rock alternativo, exhibiendo de manera conjunta elementos del indie pop y del dance rock. Tiene un ritmo altamente disfrutable, lo que lo convierte en un tema bailable y divertido. Como nota destacable, hay que decir que esta última cualidad, la de su ritmo apropiado para divertirse bailando, no le resta ni un ápice a la profundidad del mensaje y su capacidad para fomentar la reflexión y el debate social.
A pesar de la marcada esencia roquera a la usanza de los años del auge del rock, hay una presencia de sintetizadores, mismos que, aunque discretos, aportan aires de modernidad a la pieza, y la coloca en el umbral de dos mundos: el rock clásico, concebido en una matriz acústica y tradicional, y la música creada a la luz de la tecnología moderna, con aires electrónicos.
La auto aceptación en edades avanzadas de una identidad sexual distinta a la que se ha asumido toda la vida, parecería un tema demasiado serio o formal para ser encarado desde una construcción musical tan desenfadada como la que hoy ocupa nuestra atención. Sin embargo, el milagro ha sucedido, y lo impensado se hizo realidad, para fortuna de todos, porque de esa mixtura improbable ha surgido un tema musical delicioso (con todo y estribillo pegadizo), de esos que se quedan en la memoria y perduran por muchas décadas.
Como otro dato a favor de Papa love Ladyboys hay que decir que su producción es impecable, exhibiendo una mezcla muy bien lograda, donde cada instrumento conserva su propia identidad, sin sobresalir unos sobre otros, sin atropellarse entre sí ni sofocar, entre todos, a la voz principal.
Y ya que mencionamos a la voz, aprovechemos el momento para alabar la ejecución vocal. ReeToxa logra un desempeño muy acorde con toda la construcción del tema: Su voz áspera se hace sentir humana, normal, sin hacer grandes esfuerzos en pos de la perfección técnico-interpretativa, y dejando espacio más bien para la empatía, en una atmósfera que hace pensar en una confidencia íntima que se realiza en medio de una fiesta. Para quien esté ávido de originalidad, creo que aquí está más que servido. ¡Disfruten!
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